Glaucoma
Neuropatía óptica progresiva, multifactorial o Glaucoma, caracterizada por cambios morfológicos específicos (excavación del disco) resultando en una pérdida adquirida de las células ganglionares retinales (CGR) y de sus axones. Las CGR mueren por apoptosis. Se acompaña de alteraciones del campo visual y otros cambios funcionales con compromiso de la percepción del color y sensibilidad al contraste.
Cuando no se diagnostica a tiempo provoca una ceguera irreversible, por lo que es un reto también del médico no especializado, realizar un diagnóstico precoz.
En esta neuropatía se invocan como causas de muerte celular el incremento de presión intraocular (en muchos casos), la isquemia y la cascada de eventos bioquímicos, que provocan daño y muerte celular en individuos con un mensaje genético preestablecido.
Factores de riesgo son asociados con el desarrollo de la neuropatía óptica glaucomatosa.
Niveles de presión intraocular elevados
Antecedentes familiares positivos de glaucoma
Edad
Raza
Miopía
Enfermedades cardiovasculares:
Locales: oclusión venosa
Generales: diabetes mellitus, enfermedades cerebrales, hipertensión e hipotensión arterial, hipercolesterolemia, migraña y fenómenos vasoespásticos.
Glaucoma primario de ángulo abierto
Es el más frecuente de todos los tipos de glaucoma, su incidencia oscila entre 55-90 %. Es insidioso, pues su evolución es asintomática hasta etapas avanzadas.
Tiene la característica de que el ángulo iridocorneal es abierto y sin anomalías visibles en la gonioscopia.
Provoca escasos síntomas, agudeza visual indemne hasta fases tardías, cefalea ocasional, evolución insidiosa y progresiva, generalmente bilateral, pero más avanzada en un ojo que en otro. La presión intraocular (PIO) está elevada y la excavación papilar aumentada, con alteraciones del campo visual.
Estado de la papila
– Presencia de excavación papilar y palidez, aumentada sobre todo en el diámetro vertical.
– En la mayoría de los sujetos normales, la relación excavación / papila (E/P) oscila desde 0 hasta 0,3. Relaciones mayores como 0,4 a 0,6 hacen pensar en sospecha de glaucoma; de 0,7 ó más son muy sugestivas de que ya el paciente padece la enfermedad.
– Adelgazamiento del anillo neurorretiniano, sobre todo en su sector inferior y temporal.
– Asimetría de la excavación entre ambos ojos, mayor de 0,2.
– Hemorragias del disco: pequeñas manchas alargadas en astillas que se presentan más frecuentemente en sectores inferotemporales de la papila (común en el glaucoma de tensión normal).
– Atrofia peripapilar: aparece como una semiluna más pálida en la zona temporal de la papila. A veces el área de atrofia puede estar pigmentada. Desplazamiento nasal de los vasos.
En ocasiones la presión intraocular (PIO) no pasa de 21 mm de Hg y aparecen signos de glaucoma en el fondo de ojo o campo visual. En este caso estamos en presencia de un glaucoma de tensión normal, frecuente en fenómenos vasoespásticos, migraña, miopía, hipotensión arterial, en los que esta cifra de PIO es muy superior a la que el nervio óptico suele tolerar.
Las lesiones del campo visual siguen un patrón en arco conforme a la distribución en la retina de las fibras ópticas. Si no se trata oportunamente, aparecerán las siguientes lesiones: escotomas paracentrales, elongación o aumento de la mancha ciega, escotoma arciforme o de Bjërrum, escotoma anular, visión tubular y laguna temporal de visión.
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